El estudio que se ha hecho público es el del grupo de trabajo I del sexto informe de evaluación del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) y en su elaboración han participado 234 expertos de 66 países. Los científicos han revisado más de 14.000 artículos y referencias publicadas hasta ahora para realizar su síntesis sobre los efectos físicos que ya ha tenido el calentamiento y los posibles escenarios en función de los gases de efecto invernadero que emita la humanidad en las próximas décadas.
El último informe del IPCC se publicó el pasado 9 de agosto, y sus conclusiones no pueden ser más desalentadoras.
Así pues, dicho informe confirma que la influencia humana en el cambio climático es inequívoca y que el incremento de la temperatura seguirá produciéndose al menos hasta mediados de este siglo. A este respecto, los expertos responsables de la elaboración del informe afirman que el nivel de calentamiento superaría los 2ºC a partir del año 2050, cifra fijada como objetivo en el Acuerdo de Paris, a no ser que se produjeran de manera inmediata reducciones profundas en las emisiones de CO₂ y otros gases de efecto invernadero en las próximas décadas. Además, muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes en miles, sino en cientos de miles de años, y algunos de los cambios que ya se están produciendo, como el aumento continuo del nivel del mar, no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o milenios. Fenómenos meteorológicos extremos como sequias, olas de calor, lluvias torrenciales que hemos vivido en todo el mundo en verano serán cada vez más frecuentes si no lo están siendo ya En este sentido, además de reducir las emisiones, para cumplir con el Acuerdo de París, se necesitará recurrir, entre otras soluciones, a la captura del dióxido de carbono que ya hay en la atmósfera a través de sumideros. El suelo es el mayor sumidero terrestre y la influencia de la agricultura en su capacidad de almacenar carbono está demostrada por numerosos estudios científicos.
En ese sentido, la Agricultura de Conservación viene demostrando desde hace tiempo en nuestro país, su capacidad para mitigar el cambio climático a través del incremento de la capacidad sumidero del suelo que supone su práctica, tanto en cultivos herbáceos con la siembra directa como en cultivos leñosos con las cubiertas vegetales. Diversos proyectos LIFE (Agricarbon, Climagri, Agromitiga) han ofrecido resultados del tremendo potencial de dichas prácticas para mitigar el cambio climático en España. Se estima en unas 53 millones de toneladas de CO2 al año. Por todo ello es especialmente necesario adoptar soluciones como la Agricultura de Conservación en esta situación de verdadera emergencia climática. No en vano, España es el país líder en Europa de este tipo de prácticas con casi 2 millones de hectáreas.