Fuente: Asaja Sevilla.
ASAJA-Sevilla ha celebrado una Jornada de debate sobre la “Introducción a la nueva PAC a partir de 2023 y oportunidades para mejorar la sostenibilidad del sector agrícola andaluz en el marco de la nueva PAC”, dentro del proyecto LIFE Agromitiga, un proyecto que tiene como objetivo el desarrollo de estrategias de mitigación del cambio climático a través de una agricultura inteligente en el uso de carbono.
Dado que en estos momentos se debaten los condicionantes y compromisos medioambientales de la nueva PAC y sus repercusiones para los agricultores y ganaderos, la jornada, celebrada ayer en el Hotel NH Collection y disponible en el canal de Youtube de ASAJA-Sevilla y del proyecto LIFE Agromitiga (https://bit.ly/3vGy47D), se ha centrado en el análisis de estas cuestiones específicas.
Para ello, ASAJA-Sevilla organizó una mesa redonda, moderada por la periodista agroalimentaria Natalia Ortiz, que contó con la participación del coordinador de Agricultura y Ganadería de la Secretaría General de Agricultura, Ganadería y Alimentación de la Junta de Andalucía, Armando Martínez; el coordinador de los servicios técnicos de ASAJA-Sevilla, Antonio Caro; el profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes de la Universidad de Córdoba, Emilio González, y el coordinador del Proyecto LIFE Agromitiga de la Asociación Española de Agricultura de Conservación – Suelos Vivos (AEAC.SV), Óscar Veroz.
Novedades de la PAC
El coordinador de Agricultura y Ganadería de la Secretaría General de Agricultura de la Junta de Andalucía, Armando Martínez, abrió el encuentro con la exposición de las novedades que trae la Política Agraria Común (PAC) que aún se está negociando y que entrará en vigor en 2023, así como sus implicaciones en materia de sostenibilidad.
El representante de la Consejería de Agricultura criticó que la “ambición verde” de la Comisión Europea no se vea acompañada de un esfuerzo presupuestario. La nueva PAC plantea muchas exigencias medioambientales mientras que en paralelo reduce ligeramente el presupuesto con respecto al marco anterior.
En relación a los aspectos medioambientales, una de las figuras más destacadas de esta nueva reforma es la de los “Ecoesquemas”, medidas específicas de carácter voluntario que se financian con un porcentaje, aún por determinar, del presupuesto de los pagos directos.
Respecto a esta nueva figura, Armando Martínez ha confirmado que desde la Consejería de Agricultura de Andalucía se trabaja para que todos los sectores encuentren acogida en estos ecoesquemas y para que las exigencias que se planteen para su cumplimiento no conlleven mayores costes a los agricultores y ganaderos andaluces.
Junto a los ecoesquemas otros elementos destacados de la nueva PAC son: el nuevo concepto de preceptor de la ayuda, el denominado “agricultor genuino”, y el nuevo concepto de pago básico que, tal como está formulado en Bruselas, permite que se mantenga una convergencia limitada y da opciones a mantener el sistema actual de regiones.
Claves del LIFE Agromitiga
El proyecto LIFE Agromitiga, ahora en su tercer año de ejecución, está coordinado por la Asociación Española de Agricultura de Conservación – Suelos Vivos (AEAC.SV) y cuenta con la participación de ASAJA-Sevilla, la Universidad de Córdoba, la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, el IFAPA y la Federación Europea de Agricultura de Conservación (ECAF) , teniendo previsto finalizar sus trabajos a finales de 2022.
El ámbito principal de actuación es Andalucía, aunque también se desarrollan actuaciones en fincas de Grecia, Italia y Portugal. El proyecto espera contribuir a la transición hacia un sistema agrario hipocarbónico, aportando resultados validados, aplicables a los compromisos internacionales de la Unión Europea en materia de cambio climático.
LIFE Agromitiga persigue igualmente disociar las emisiones de CO2 respecto al uso de materias primas y recursos naturales, a través de la Agricultura de Conservación (AC), favoreciendo técnicas que impulsen una economía agraria circular.
Este proyecto se fundamenta en el desarrollo de herramientas y actuaciones que potencien la capacidad mitigadora del suelo como sumidero de carbono, evalúa el impacto de diferentes prácticas agrarias y cuantifica la capacidad mitigadora de sistemas de manejo de suelo en la cuenca mediterránea, en cultivos herbáceos y leñosos.
La agricultura de conservación (AC), que persigue una perturbación mínima del suelo, cobertura permanente y rotación de cultivos, es la base del proyecto y desempeña un papel primordial para incrementar el efecto sumidero de carbono en el suelo, al mismo tiempo que logran reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), en especial CO2 y N2O.
Este modelo de agricultura introduce cambios en la dinámica del carbono del suelo y favorece su secuestro. El no laboreo y la permanencia de restos vegetales conllevan una reducción en la tasa de descomposición de los residuos del cultivo precedente, una disminución de la mineralización de la materia orgánica, debido a una menor aireación y menor accesibilidad de los microorganismos, y un incremento del carbono del suelo, que se ve incrementado por los residuos que quedan en superficie una vez realizada la cosecha.
Con la agricultura de conservación se disminuye la contaminación atmosférica al eliminar la quema de rastrojos y restos de poda, y se optimiza el uso de insumos (gasoil, abonos, fitosanitarios, etc.), reduciendo así también emisiones de CO2.
This post is also available in: English (Inglés)